Los esfuerzos para implementar una gestión eficiente del agua e informar debidamente de los procesos de toma de decisiones se ven simplificados con la adopción de leyes, políticas y estrategias que regulen la gestión de los recursos hídricos y reflejen los vínculos existentes entre el agua y los sectores sociales y económicos. Se pueden encontrar buenos ejemplos de ello en numerosos países.
A pesar de la existencia de políticas y leyes para ello, el desarrollo de los recursos hídricos no se producirá sin una financiación adecuada de las infraestructuras y la capacidad humana e institucional del sector.
Políticas y leyes. Hay que crear políticas efectivas y marcos legales para desarrollar, aplicar y reforzar las normas y reglas que regulan el uso y la protección de los recursos hídricos. Las políticas hídricas operan dentro de un contexto político local, nacional, regional y global y de marcos legales que deben apoyar los objetivos encaminados a una utilización racional del agua.
Los procesos legítimos, transparentes y participativos pueden movilizar de forma efectiva aportaciones para diseñar e implementar una política de recursos hídricos que actúe también como elemento disuasorio de la corrupción. La corrupción continúa siendo un problema de gestión pública que no suele abordarse en el sector hídrico, a pesar de que puede conllevar la contaminación incontrolada de los recursos hídricos, la sobreexplotación y el agotamiento de las aguas subterráneas, la falta de planificación, la degradación de ecosistemas, la insuficiente protección contra las inundaciones, un gran crecimiento urbano con el consiguiente
aumento de conflictos relativos al agua, entre Situación financiera. Aunque el agua se suele considerar “un regalo de la naturaleza”, el uso y la gestión de los recursos hídricos para satisfacer una gran variedad de necesidades humanas y ecológicas originan una serie de costes económicos. Aparentemente existen numerosas opciones de financiación para el desarrollo de los recursos hídricos, si bien los gobiernos siguen recurriendo a tres fuentes de financiación básica: aranceles, impuestos y fondos procedentes de la ayuda exterior y la filantropía.
Los responsables políticos deben tomar decisiones políticas que creen compromisos aceptables desde el punto de vista social y medioambiental entre otros objetivos y que determinen quién debe asumir los costes de dichos compromisos.
La comunidad de donantes se ha comprometido a aumentar las ayudas destinadas al amplio sector hídrico, pero esto ha provocado un aumento de las asignaciones para el suministro de agua y saneamiento en dólares estadounidense (aunque su contribución a la ayuda al desarrollo total oficial se ha estancado en el 4%).
El porcentaje de ayuda total asignada al sector hídrico sigue siendo inferior al 6% y sigue en descenso.
3° Informe de las Naciones Unidas sobre el desarrollo de los recursos hidricos en el mundo
Capítulo 4
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