miércoles, 28 de diciembre de 2011

Aguas escondidas

La desigualdad viene en litros. Poca gente se da cuenta de cuánta agua está usando una persona con un estilo de vida urbano, ya sea en Europa o en Norteamérica, o entre las clases medias en los países en desarrollo.
No son precisamente los usos obvios lo que realmente cuenta.
Como promedio, una persona no bebe mucho más que 5 litros del líquido. Hasta después de lavarse y tirar de la cadena, la cantidad sólo aumenta a alrededor de 150 litros para cada una. Pero esto no es más que el comienzo. Las cantidades empiezan a subir cuando se añade el agua necesaria para producir comestibles y bebidas.
Lleva entre 2.000 y 3.500 litros de agua para cultivar 1 kilo de maíz. Esto representa más agua de la que muchas familias consumen en una semana entera. Se necesitan 1.000 litros de agua para cultivar 1 kilo de trigo, y 500 litros para 1 kilo de patatas. Y cuando se considera lo que hace falta para alimentar al ganado
con granos para producir carne, leche y queso, los números se vuelven aún más alarmantes. Lleva 11.000 litros –es decir 11 toneladas– para producir una sola hamburguesa, al cultivar los alimentos para criar vacas, y entre 2.000 y 4.000 litros para producir 1 litro de leche. Para cada cucharadita de azúcar en una taza de café hacen falta 50 tazas de agua para cultivarla. Esto es muchísimo, pero no tanto comparado con los 140 litros de agua (o sea 1.120 tazas) necesarios para cultivar el café mismo.
Cultivar algodón para fabricar vestimenta tampoco es mejor. Se venden camisetas en el Internet con eslogans como “Ahorra agua, comparte tu baño con un amigo”. Es un buen mensaje, ¡pero por favor no compres la camiseta! Podrías llenar unas 25 bañeras con el agua necesaria para cultivar el algodón para fabricarla.
En total, un habitante de promedio en los Estados Unidos de América consume 2.483 metros cúbicos por año, más o menos tres veces la cantidad que usa una persona en Kenya o China.
En lo que concierne a mí mismo, calculo que, como un típico consumidor de carne y leche europeo, doy cuenta de hasta cien veces mi propio peso en agua cada día.

¿DE DONDE VIENE TODA ESTA AGUA?
Alguna cae como lluvia. Pero la mayor parte de los alimentos y la totalidad del algodón consumido alrededor del mundo son cultivadas usando agua recolectada de ríos o aguas subterráneas sacadas con bomba. En algunos lugares hoy día se usa dos o tres o hasta cuatro veces más agua para irrigar cultivos que una generación atrás. Como resultado, estas fuentes antaño abundantes están desapareciendo.
En muchos lugares, el agua está en peligro de agotarse por completo. En la India, los campesinos están extrayendo 100 kilómetros cúbicos más de agua de fuentes subterráneas cada año de la que es reemplazada por las lluvias. Para dar un ejemplo, esto es seis veces más que la cantidad de agua que Gran Bretaña usa
en un año entero.
A medida que los ríos se van secando y las capas de aguas subterráneas descienden, los países han tratado de solucionar tales crisis locales mediante el comercio. No en agua propiamente dicha, que es demasiado pesada y cuyo transporte resulta muy costoso. En vez de ello, cada vez más países secos y densamente
poblados están importando cultivos “sedientos” más vale que cultivándolos ellos mismos.

Los economistas llaman “agua virtual” al agua necesaria para cultivar estos cultivos comercializados. Cada tonelada de trigo que llega a un puerto trae, en forma virtual, las 1.000 toneladas de agua necesarias para cultivarlo. Toda clase de productos comercializados requieren agua: por ejemplo, la fabricación de un
coche lleva unos 400.000 litros de agua. Pero alrededor del 90% del comercio de “agua virtual” es en alimentos y algodón.
Los mayores exportadores son los Estados Unidos de América, Australia y Canadá. Otros importadores importantes son Japón y Europa, y cada vez más China, que ya no tiene agua sufi ciente para cultivar los alimentos que necesita. En cierta manera, este comercio es buena noticia. Los países del Oriente Medio, por
ejemplo, hace varios años han quedado sin agua para alimentarse y constituyen la primera región mayor del mundo en que esto ha ocurrido. Sin el comercio, Jordania, Irán, Egipto y Argelia se morirían de hambre. Estallarían guerras por el agua.

AGUA ESCONDIDA, PELIGRO ESCONDIDO
Pero este comercio conlleva peligros porque no todos pueden ser importadores netos; alguien tiene que encargarse de la exportación.
En los últimos dos años el precio del agua ha subido en forma vertiginosa, en parte debido a la gran sequía que ha sufrido Australia, una fuente mayor de cultivos sedientos. Sus exportaciones de arroz, azúcar y trigo bajaron a menos de la mitad.
El cambio climático significa que probablemente cada vez más países sufrirán sequías en el futuro. En tal caso, ¿quién los alimentará? En un mundo semejante, para países que dependen de la importación de agua virtual esto podría traer serios problemas.
¿Qué puede hacerse para proveer agua sufi ciente? Existen varias soluciones técnicas. Las regiones costeras, por ejemplo, pueden desalinizar el agua de mar, lo que tiene sentido como una manera de proveer agua potable, pero es demasiado costoso para los usuarios en gran escala como los agricultores.
Ciertas naciones construirán más embalses para atrapar el agua en sus ríos. Pero en cada vez más regiones del mundo, los ríos ya se están secando. Un estudio mundial publicado recientemente demostró que una cuarta parte de los habitantes del mundo viven en cuencas en las cuales el agua ya ha sido totalmente usada.

OTRAS POSIBILIDADES
¿Pues qué otras posibilidades existen? Es posible trasladar el agua de regiones húmedas a regiones más secas. China está gastando 60.000 millones de dólares en una serie de vastos canales para transportar agua del sur húmedo al norte árido. India está hablando de un proyecto aún mayor para bombear agua de los grandes ríos monsónicos del norte, como el Ganges, a las regiones secas en el sur y el oeste. Pero esto resulta muy caro, teniendo en cuenta que el agua es pesada y bombearla cuesta arriba es muy costoso.
Dos cosas deben suceder: en primer lugar, debemos mejorar nuestras maneras de captar la lluvia donde cae. He visitado diversas aldeas alrededor de la India y China donde están restableciendo antiguos métodos de capturar esa lluvia y vertiéndola en sus pozos para usarla en la estación seca. Y los que tienen agua abundante, como yo, también necesitan una revolución para usar el agua en forma más eficiente en su vida cotidiana. Es posible hacer enormes ahorros tomando medidas tan simples como cerrar el grifo al lavar
los dientes, usando una manguera para regar el jardín o lavar el
coche, o no tirar la cadena cada vez.
Pero la agricultura, como el mayor usuario de agua, sobre todo en los países más secos, es la que más puede contribuir. Millones de campesinos en todas partes del mundo todavía riegan sus cultivos simplemente inundando sus campos. La mayor parte del agua se evapora y, en la práctica, muy poca llega a las plantas. Sin embargo, unos modernos sistemas de irrigación por goteo simples y baratos pueden proporcionar el agua gota a gota cerca de las raíces, cortando la demanda en un 50% o más.
De manera que hay soluciones. Si el agua se usa correctamente, es posible alimentar a todo el mundo y proveer agua a todos sus habitantes. Pero primero es necesario reconocer y darle su valor verdadero. Debemos atesorarla, no despilfarrarla

Fuente: Revista Tunza / Pnuma tomo 6 número 3
Autor: Fred Pearce, escritor sobre asuntos del medio ambiente y corresponsal para la revista New Scientist

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