La competencia por el agua y una gestión deficiente para satisfacer las necesidades de la sociedad y del medio ambiente exigen una mayor respuesta social por medio de una mejor gestión y legislación, así como de mecanismos de suministro de agua más efectivos y transparentes.
Los desafíos incluyen una planificación razonable de los recursos hídricos, la evaluación de la disponibilidad y las necesidades de las cuencas hidrográficas, una posible reasignación o ampliación del almacenamiento de las reservas existentes, un mayor hincapié en la gestión de la demanda del agua, un mejor equilibrio entre equidad y eficiencia en el uso del agua, marcos legislativos e institucionales inadecuados y la creciente carga económica que supone el envejecimiento de las infraestructuras.
Las decisiones que afecten a la gestión del agua deberían surgir de consultas fundadas y negociaciones sobre los costes y beneficios de todas las opciones existentes tras considerar la interconectividad de las cuencas fluviales, las relaciones entre la tierra y los recursos hídricos y la consistencia y coherencia de las decisiones que se tomen con otras políticas del gobierno.
3° Informe de las Naciones Unidas sobre el desarrollo de los recursos hidricos en el mundo
Capítulo 9
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