Los recursos hídricos están formados por numerosos componentes asociados con los tres estados físicos del agua (líquido, sólido y gaseoso). Como consecuencia de ello, los componentes del ciclo del agua (lluvia, evaporación, escorrentías, aguas subterráneas, almacenamiento, etc.) se diferencian por las cualidades químicas y bioquímicas, la variabilidad temporal y espacial, la capacidad de resistencia, el grado de vulnerabilidad a las presiones (entre las que se incluyen el uso de la tierra y el cambio climático), la susceptibilidad a la contaminación y la capacidad de proporcionar servicios de gran valor y ser utilizados de forma sostenible. Una de las consecuencias de dicha variabilidad es que, si bien la presión ejercida por el ser humano ha modificado el ciclo hidrológico global de forma considerable, la dirección e intensidad del cambio son difíciles de evaluar.
La distribución desigual de los recursos hídricos en tiempo y espacio y la manera en la que la actividad humana está afectando actualmente dicha distribución son el origen de las crisis hídricas en numerosos lugares del mundo. Para añadir más complejidad a la situación, el cambio climático y la variabilidad también influyen en el suministro de agua, la demanda y el sistema de amortiguamiento, si bien es difícil.
3° Informe de las Naciones Unidas sobre el desarrollo de los recursos hidricos en el mundo
Capítulo 10
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