lunes, 12 de diciembre de 2011

Agua y Salud

Desde el punto de vista evolutivo, ecológico o fisiológico, el agua es imprescindible para todas las formas de vida. De esto se desprende que la disponibilidad de agua apta para el consumo, la preparación de alimentos, la higiene personal y doméstica, la agricultura o la producción de energía, es esencial para garantizar la salud y el bienestar de los seres humanos.
La disponibilidad de agua permite establecer un cuadro higiénico que evita o limita la propagación de muchas enfermedades infecciosas, tanto en los seres humanos como entre los animales. Sin embargo, el agua es así mismo un importante vehículo de transmisión de muchas enfermedades que han afectado a los seres humanos durante siglos. Algunas se manifiestan en graves y letales epidemias, pero otras son endémicas y producen efectos crónicos y debilitantes. Tanto el exceso de agua (inundaciones) como la escasez y su calidad deficiente, pueden afectar a los seres humanos.

Formas de caracterización del agua

Los recursos hídricos, tanto superficiales como subterráneos, se están volviendo cada vez más escasos como consecuencia del aumento mundial de la población y de la activa intervención del ser humano en el ambiente. En este proceso, los recursos hídricos han sido afectados cada vez más negativamente en su calidad, reservas disponibles y capacidad natural de autopurificación.
Si bien los sistemas de recolección de aguas residuales han disminuido el riesgo para la salud pública en los centros urbanos, con esta práctica sólo se transportan los desechos recogidos a algún destino elegido, donde, con suerte, se aplica tratamiento antes de descargarlos en una corriente de agua. La densidad y variedad de los agentes patógenos humanos que se descargan están relacionadas con la población atendida por el sistema de recolección de aguas residuales, las cualidades estacionales de ciertas enfermedades y el grado de las infecciones de la comunidad en un momento dado.
La escorrentía pluvial y las inundaciones regionales son la causa principal del deterioro transitorio de la calidad del agua en los recursos hídricos. La repercusión de la escorrentía pluvial en la calidad del agua guarda relación con los usos de la tierra en toda la cuenca hidrográfica. Esta escorrentía en las zonas rurales puede aportar contaminación considerable por Giardia, Cryptosporidium, Campylobacter Yersinia provenientes de la fauna silvestre y el ganado que vive en la cuenca, así como de granjas o corrales de engorde de bovinos y avícolas.
Los rellenos sanitarios indebidamente ubicados, mal diseñados o con un funcionamiento deficiente que reciben basuras, desechos de animales y lodos de las planta de tratamiento de agua también pueden contribuir con una descarga significativa de agentes patógenos a las aguas subterráneas y superficiales.
Los residuos sólidos urbanos (basuras) no sólo contienen desperdicios de alimentos, plásticos, telas, cartón, estiércol y piedras sino también materia fecal. Se agregan a estos desechos fecales las heces de roedores y aves que hurgan en busca de alimentos en los vertederos.
Las estimaciones del número de individuos, animales domésticos y fauna silvestre infestados varían de menos del 1% al 25% de la población total para un tipo dado de animal de sangre caliente .
El grado de desinfección y la frecuencia de la exposición a agentes patógenos se ven exacerbados por la exposición de la población humana en el medio. El hacinamiento tanto en las ciudades antiguas como en las modernas, sumado al desarrollo no reglamentado de las comunidades satélites, ejerce una presión excesiva sobre las barreras infraestructurales de saneamiento (abastecimiento y distribución de agua, recolección y tratamiento de aguas residuales, disposición de residuales sólidos). Se agrega a estos problemas la movilidad de las personas a escala internacional y resulta evidente que las enfermedades puedan alcanzar rápidamente proporciones epidémicas en sitios muy alejados los unos de los otros.

Agentes patógenos trasmitidos por el agua

Se han aislado numerosos agentes patógenos en las aguas que se tratan para abastecimiento de agua.  La lista de los agentes transmitidos por el agua seguirá aumentado, a medida que se encuentren nuevas metodologías para detectar microorganismos más esquivos que causan gastroenteritis u otras enfermedades humanas. Quizás nuevas investigaciones continúen descubriendo otros agentes patógenos transmitidos por el agua recién conocidos y emergentes. Todos estos microorganismos pueden clasificarse en cuatro grandes grupos: bacterias, virus, protozoos y helmintos.

Enfermedades infecciosas transmitidas por el agua

Desde el punto de vista de la salud pública es conveniente clasificar las enfermedades relacionadas con el agua de conformidad a diversas consideraciones de Salud Ambiental. Se ha generalizado dividirla en cuatro grupos: transmitidas por el agua, vinculadas con la falta de higiene, producidas por contacto con el agua y transmitidas por vectores de habitat acuático. Un quinto grupo, el de las diseminadas por el agua, se comienza a reconocer en las países desarrollados.

Enfermedades vinculadas con la falta de higiene

Estas enfermedades se caracterizan por la escasez o la inaccesibilidad del agua para la higiene personal y doméstica. Dondequiera que ocurra esto hay siempre una alta incidencia de enfermedades diarréicas y generalmente una incidencia también alta de enfermedades cutáneas tales como la tiña y el impétigo, y de enfermedades oculares tales como el tracoma y la conjuntivitis y también la sarna, pediculosis y el tifus. Estas enfermedades disminuyen en cuanto se dispone de un abastecimiento adecuado de agua, La cantidad de agua es esencial, aunque la calidad de la misma no sea la mejor, pues la desinfección de los suministros de agua tiene efecto sanitario positivo pero limitado en las mismas.

Enfermedades producidas por contacto con el agua

Estas ocurren cuando el agua ha sido contaminada por las heces, sirve de habitat a los agentes patógenos o a los huéspedes intermediarios. La enfermedad se produce cuando las formas larvarias infecciosas se ponen en contacto con los seres humanos, mientras estos se sumergen, se bañan o nadan en el agua, o como consecuencia de la ingestión de esquistosomas o de moluscos y crustáceos infestados (paragonimiasis o trematodiasis pulmonar) o de peces (clonorquiasis o trematodiasis hepática y fasciolopsiasis o trematodiasis intestinal). La desinfección de los abastecimiento de agua potable no influirá en la incidencia de estas enfermedades.

Enfermedades transmitidas por vectores de habitat acuático

Cuando el agua proporciona un habitat o un área de reproducción para los insectos vectores de la enfermedad. Ejemplo de ello son los mosquitos transmisores de malaria, la filariasis, el dengue, la fiebre amarilla y la encefalitis. Así mismo, la mosca transmisora de la oncocercosis (ceguera de los ríos). La desinfección del abastecimiento de agua no influirá en estas enfermedades.

Enfermedades diseminadas por el agua

Este grupo de enfermedades está surgiendo en los países desarrollados donde los agentes patógenos infectan a los seres humanos a través de las vías respiratorias. Los trofozoitos de las amebas Naegleria fowleri y Acanthamoeba culbertsoni, que habitan en las aguas dulces templadas, pueden penetrar por las mucosas olfativas de los nadadores, proliferan en gran número en el huésped y son a menudo causa de una meningoencefalitis mortal.
Las bacterias del género Legionella han demostrado que son capaces de proliferar en el agua de grandes sistemas de aire acondicionado y en los calentadores de agua; cuando se dispersan como aerosoles pueden afectar a gran número de personas por las vías respiratorias.
La desinfección, que podría afectar a las amebas, puede realizarse en las piscinas, pero no en los lagos y estanques donde el problemas es prevalente.

Enfermedades transmitidas por el agua

Se transmiten por la ingestión de agua que ha sido contaminada por microorganismos patógenos, principalmente a través de heces humana. La ingestión puede ser directa, por agua potable, o indirecta, con alimentos o bebida que han sido preparados con agua contaminada; también puede ser accidental y producirse durante la natación u otras actividades recreativas. Estas enfermedades no se transmiten exclusivamente por agua contaminada, sino también por la ruta fecal-oral, prácticas higiénicas deficientes y contaminación de los alimentos u objetos.
El agua se puede contaminar en la fuente, durante su distribución o en los tanques o depósitos empleados para almacenarla. Se ha comprobado que la contaminación de los tanques de almacenamiento de los hogares es un factor importante en estas enfermedades.
Casi la mitad de la población de los países en desarrollo padece enfermedades transmitidas por el agua. Este grupo comprende enfermedades gastroentéricas tales como la disentería, la giardiasis, la hepatitis A y el rotavirus, así como las enfermedades epidémicas clásicas que se transmiten por el agua: cólera, disentería y fiebre tifoidea. Las enfermedades diarréicas son la causa principal de mortalidad y morbilidad infantil en los países en dessarrollo. Se calcula que del total de defunciones mundiales vinculadas con la diarrea, más del 90% ocurren en niños menores de 5 años de edad. Además constituyen un carga económica pues más de un tercio de las camas de los hospitales pediátricos están ocupadas por pacientes con diarrea, y se calcula que los niños sufren un promedio de 3,3 episodios de diarrea por año, aunque en ciertas zonas se pueden producir hasta nueve episodios (OPS, 1994) y cada uno contribuye a reducir el estado de nutrición, frenando en gran medida el crecimiento y obstaculizando el desarrollo mental.
En América Latina y el Caribe, el rotavirus, Escherichia coli enterotoxígena (ECET), Shigella, Campylobacter jejuni yCryptosporidium parvum se encuentran entre los agentes causales más importantes de las enfermedades diarréicas, y en algunas áreas la Salmonella y Escherichia coli enteropatógena (ECEP) son también importantes. Otros agentes patógenos cuya función en la diarrea es mínima en otros países o no está bien definida, comprenden el virus Norwalk, el adenovirus entérico, las bacterias Aeromonas hydrophila, Plesiomonas shigelloidesVibrio parahaemolyticusYersinia enterocolítica y el protozoario Isospora belli.
Muchas enfermedades entéricas son asintomáticas, por lo cual aumentan en los niños de más de dos años de edad como consecuencia del desarrollo de una inmunidad activa que suprime las manifestaciones clínicas. Se pueden identificar agentes patógenos entéricos en aproximadamente el 30% de los niños sanos sin diarrea, lo que hace difícil determinar si un agente patógeno identificado en un niño con diarrea es realmente la causa de la enfermedad. Esto tiene especial validez con Giardia lamblia, cuyos quistes se identifican con la misma frecuencia en los niños sanos y en los niños con diarrea y con los aislamientos de ECEP o Campylobacter jejuni en niños de más de un año de edad. Rara vez son aislados Shigella y rotavirus en niños sanos; su frecuencia es una prueba válida de que son la causa de la enfermedad.
Desde su introducción en las Américas, en enero de 1991, el Vibrio cholerae 01 ha sido la causa principal de diarrea acuosa aguda en los adultos y los niños mayores y se ha calculado que más del 90% de las personas infestadas por el vibrión colérico El Tor son asintomáticos.
Las enfermedades de este grupo son la razón principal de que se desinfesten los sistemas de abastecimiento de agua potable. El ozono es el desinfectante más eficiente de todos los compuestos químicos utilizados y efectivo para todas las especies de microorganismos, pero sin poder residual; le sigue el ácido hipocloroso (HOCl) teniendo en cuenta que la capacidad cisticida del cloro disminuye rápidamente al aumentar el Ph del agua, y a continuación, el yodo, sobre todo para eliminar quistes de amebas y virus, aunque es un sistema muy costoso para grandes poblaciones.
El cloro es el desinfectante más utilizado y más eficaz en función de los costos para el agua potable. En casi todo el mundo, el cloro no se puede reemplazar fácilmente en un futuro previsible como desinfectante del agua confiable y económico, y la información toxicológica y epidemiológica disponible ofrece pruebas insuficientes para establecer la carcinogenicidad del agua potable clorada. El riesgo de que se presenten enfermedades infecciosas transmitidas por el agua es muy alto cuando no se emplea ninguna cloración y desciende abruptamente a un valor bajo cuando se mantienen niveles de cloración incluso mínimos, a medida que aumenta el nivel de cloración el riesgo sigue descendiendo levemente, aunque nunca llega a cero, pues ningún sistema es perfecto. 


Fuente: Unidad de Análisis y tendencias en Salud.Ministerio de Salud Publica. La Habana. Cuba

Edición: Lic. Nancy Sanchez Tarragó









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